El drama de la obra pública en el norte argentino
En una provincia donde el cemento marca el pulso de la economía real, la parálisis de la obra pública golpea con fuerza y sin pausa en tiempos de Milei. Sebastián Di Fiori, secretario general de la UOCRA en La Rioja, advirtió que entre 7.000 y 8.000 trabajadores de la construcción están desocupados en todo el territorio provincial.
La crisis no se limita al freno de nuevas licitaciones, también alcanza a obras que estaban en ejecución y que han sido abandonadas o ralentizadas por falta de pagos, desfinanciamiento y desidia institucional.
“Esto es una cadena que se rompe por todos lados, con empresas que no cobran, que se van, que quiebran. Y no hay horizonte. Nadie sabe cuándo se reanuda nada”, expresó.
Entre los casos más emblemáticos se encuentra la Ruta 75, prometida como una continuidad estratégica del corredor que une zonas claves del oeste riojano, y la construcción de 300 viviendas, que podrían absorber al menos 100 puestos de trabajo inmediato. Ambas están paralizadas y sin respuestas desde Nación.
A esto se suma la inestabilidad cambiaria, que imposibilita la planificación. Empresas que quieren invertir en infraestructura o logística, como en Chilecito, no se animan a avanzar sin saber a cuánto estará el dólar mañana. “Cuando llegue a 2.500 el dólar, llamame”, le dijo un empresario a Di Fiori al cancelar un proyecto de desarrollo logístico regional.
Además, el gremialista denuncia que en provincias vecinas como Jujuy, la llegada de capitales extranjeros viene acompañada por cláusulas que exigen contratar mano de obra extranjera, como el 50% de trabajadores chinos en emprendimientos mineros. Una política que, de repetirse en La Rioja, representaría un despojo directo del trabajo local.
A pesar de la crisis, Di Fiori subraya que La Rioja tiene mano de obra calificada y lista para afrontar cualquier desafío de infraestructura: parques eólicos, solares, gasoductos o minería. Sin embargo, esa capacidad permanece desocupada y subutilizada.
“Lo que pedimos no es un favor, es una oportunidad justa. No se trata de 6.000 puestos, pedimos 100. Pero ni eso quieren liberar”, concluyó.